Esta estructura de cartón corrugado en tonos grises refleja la autenticidad de una bodega subterránea, con detalles que evocan barricas de roble y cajas de vino que resguardan el espíritu del sol español.
El diseño tridimensional permite una inmersión sensorial que transporta al visitante a una auténtica bodega. La impresión digital en tonos sobrios realza los vibrantes colores de las botellas y crea un impacto visual que refuerza la identidad del producto. Una iluminación suave completa la ambientación y refuerza el carácter cálido y sofisticado de la exhibición. Esta propuesta demuestra que el cartón corrugado transforma la presentación en el punto de venta, eleva la percepción de marca y genera una conexión emocional con el consumidor.