En un mundo como el de hoy, que pretende vivir sin etiquetas, o al menos que rehúye al concepto de etiquetado como una información basada en la generalidad, hasta las etiquetas mismas han cambiado.
Hoy, este elemento que en esencia cumple con la función de identificar mercancías, es altamente valorado por nuevos atributos que las convierten en: específicas, personalizadas inteligentes y sostenibles.
Cuando este elemento se conjunta con un empaque o embalaje, se crea un dúo dinámico que mueve al mundo, y que pone a las industrias de este segmento en constante necesidad de cambios.
Es justo ver a la etiqueta como un cartel, un instrumento básico en la comunicación cuya efectividad depende tanto del mensaje o información que contenga, del tipo de empaque al que acompañe y de su destinatario correcto.
“La etiqueta es una parte esencial del packaging, ya que proporciona información detallada sobre el producto y su manejo adecuado. Puede incluir datos como el nombre del producto, códigos de barra, códigos de trazabilidad, las instrucciones de uso y las advertencias de seguridad. Esta información es vital para garantizar la trazabilidad del producto y cumplir con las regulaciones aplicables", explica Walter Prado, gerente de ventas para el Triángulo Norte de Etiplast S.A, líder en soluciones de etiquetado para buena parte del mercado centroamericano de empaques flexibles y corrugados.
De acuerdo con Prado, los empaques corrugados pueden incluir etiquetas adhesivas (que adhieren a la piel de la caja) o etiquetas impresas directamente, ambas adaptables a los tipos de empaques pero, diferentes a partir de sus aplicaciones, diseño y posición de la información contenida.
La etiqueta adhesiva además, puede ser impresa por el fabricante (que normalmente la diseña bajo estándares del cliente) o imprimirse directamente como parte del proceso productivo del producto, siendo esta último, una práctica menos común, desde la experiencia de Prado, “ya que normalmente imprimir en planta suma un procedimiento adicional, y frente a problemas imprevistos, podría perfectamente frenar una salida de producto”, añade.
En cuanto a materiales, existe un inmenso catálogo, por lo que es importante elegir el que mejor se adapte a las características del empaque.
“Podemos decir que para empaques de cartón existen una variedad amplia de productos que mayormente utiliza etiquetas de información variable, sea papeles o películas. Entre los papeles tenemos los térmicos directos eco y recubiertos, así como los de transferencia térmica, papel semi brillo” explica Guillermo Rodríguez, Director Comercial en Productos Autoadhesivos ARclad.
Además, también están las etiquetas adhesivas de polipropilenos, utilizadas cuando los empaques deben soportar niveles de humedad en el producto y las conocidas como de manga termoencogible, que recubren todo el empaque.
Unido al material soportante, el adhesivo que fija la etiqueta es otro elemento crítico en el etiquetado, siendo particularmente importante considerar aspectos como su nivel de adherencia y resistencia.
Los más usados en la industria cartonera son los adhesivos acrílicos (sintético base agua) y hot-melt (base caucho). Los más usados son los acrílicos, debido a su nivel de adherencia profunda entre las fibras del cartón, que asegura que la etiqueta llegue a destino final, bien sujeta y legible.
“Los hot melt se pueden usar también, no obstante no son recomendados en cajas con niveles considerables de material reciclado, ya que el caucho tiende a adherirse a la superficie más fina y volátil de la pared de la caja, lo que puede ocasionar que de la etiqueta se desprenda con facilidad”, amplía por su parte, Prado.
En atención a los criterios de sustentabilidad, como un parámetro hoy muy valorado en los mercados, el etiquetado enfrenta el reto de la reciclabilidad, asociada al adhesivo principalmente.
Y es que, las etiquetas con base de papel reciclado son muy usadas, sin embargo al combinarse con el adhesivo y no poder separarse, hacen que el material pierda su capacidad de reciclarse.
“Las etiquetas no son reciclables porque, aunque el adhesivo sean a base de agua, contiene una proporción de silicona que no permite que material vuelva a ser papel o etiqueta, aunque si es posible reciclarlo para cambiar su uso”, explica el especialista, al tiempo que asegura que la industria trabaja en el desarrollo de nuevos materiales adhesivos para solventar este desafío.
Al respecto, Rodriguez asegura que en Arclad por ejemplo, trabajan con un nuevo adhesivo repulpable que permite el reciclaje del cartón cuando este tiene varias etiquetas adheridas.
"Este nuevo adhesivo permite reciclar el cartón sin tener que quitarle las etiquetas a las cajas", explica. También incursionan en el uso de adhesivo bio, que tiene un 60% de componentes reciclados, lo que lo hace un producto más responsable ambientalmente.
Otro salto importante es en materia de etiquetado se da en materia de diseño, aportando beneficios de conectividad y experiencia con el consumidor, desde la etiqueta.
"La impresión de códigos QR y las etiquetas NFC, son un claro ejemplo de este avance, y de la tecnología que ya está disponible también en nuestros mercados. Igualmente, la tecnología de realidad aumentada, microtextos, la impresión invisible, texturas, aromas y tintas especiales y por supuesto las etiquetas inteligentes.
Las tintas especiales, como las tintas invisibles o las tintas fluorescentes, permiten crear etiquetas con diseños únicos y llamativos. Estas tintas solo pueden ser vistas bajo determinadas condiciones, como la luz ultravioleta o la luz infrarroja. Esto permite a las empresas crear etiquetas que sean más seguras y que puedan utilizarse para combatir la falsificación de productos.
Las tintas especiales también pueden utilizarse para crear efectos visuales sorprendentes, como etiquetas que cambian de color o que brillan en la oscuridad. Esto permite a las empresas crear etiquetas que sean más atractivas para los consumidores y que se destaquen en el mercado.
Por otro lado, las etiquetas inteligentes, también conocidas como etiquetas RFID (Radio Frequency Identification), son una de las tecnologías más prometedoras en el ámbito del etiquetado. Estas etiquetas contienen un chip que almacena información sobre el producto al que están adheridas, como su origen, fecha de fabricación o contenido. Esta información puede ser leída a distancia mediante un lector RFID, lo que permite a las empresas rastrear sus productos a lo largo de la cadena de suministro y obtener información valiosa sobre su uso.