La economía circular dejó de ser un concepto difícil de digerir, para convertirse en la punta de lanza de los esfuerzos de muchos países para tener una huella más verde en las próximas décadas. Y, ante este panorama, sale a relucir la frecuente discusión de si el plástico debe desaparecer y ser sustituido por el cartón para generar una menor cantidad de residuos.
De acuerdo con datos de las Naciones Unidas, desde el inicio de la pandemia, el consumo de plásticos aumentó en números asombrosos, en buena parte por productos asociados directamente con la enfermedad y sus efectos: mascarillas, guantes, productos médicos y empaques de comida para llevar, que crecieron en consumo ante el encierro y las restricciones provocadas por el COVID-19.
La alarma se enciende, de acuerdo con la organización mundial, debido a que, si no se toman medidas, más del 70% del plástico podría terminar contaminando el océano y un 12% sería quemado, con la consecuente afectación al ambiente. Todo esto contribuye en hacer más difícil el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de acuerdo con un informe publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la ONG Azul.
Este informe señala además otro problema grave durante la pandemia y fue el que se retomara, e incluso impulsara, la compra de plásticos de un solo uso. A esto se le suma también, que, a nivel mundial, las órdenes de encierro produjeron efectos en el accionar normal de los programas de reciclaje.
“Los impactos de esta pandemia han sido devastadores -sobre la lucha contra el plástico- y nos va a tomar muchísimo tiempo para realmente entender sus consecuencias a largo plazo”, explicó Juliano Calil, autor principal del citado informe.
La pandemia nos hizo retroceder en esta materia, pero eso no significa que dejemos de hacer esfuerzos por retomar el camino que ya estábamos recorriendo y procurar más y mejores prácticas, tanto en el consumo personal como a nivel de producción.
Tal y como lo detalla el artículo de BBVA, ¿Por qué el cartón debería reemplazar al plástico?, el impacto ambiental de los empaques está estrechamente relacionado con los siguientes factores: el material utilizado, el propósito para el que se utiliza, los requerimientos del cliente y si se puede reciclar o reutilizar de forma adecuada.
“Lo ideal es que se invierta en una economía circular, es decir que para la fabricación se pueda aplicar la regla de las 3R: reducir, reutilizar y reciclar. Por ejemplo, reemplazar los tradicionales envases de plástico por alternativas sostenibles”, destaca el artículo.
En el texto se destacan las ventajas del cartón, considerado menos nocivo y en términos económicos también más atractivo. En lo que respecta al impacto en el ambiente, el cartón es biodegradable, mientras que el plástico requiere de mucho tiempo para descomponerse y en los procesos de fabricación también se marca diferencia, dado que el cartón supone una reducción de hasta un 60% en las emisiones de CO2, es 100% reciclable y biodegradable; y necesita un 90% menos de agua y un 50% menos de electricidad para su elaboración.
Entre otros aspectos se destaca que el cartón reciclado no pierde sus propiedades y sigue ofreciendo resistencia, además de que se puede almacenar de forma sencilla aún cuando se trate de grandes cantidades, lo que lo pone en una mejor posición frente al plástico.
Es así como algunas empresas trabajan en objetivos a largo plazo. A 10 años del Plan de Vida Sostenible, Unilever reafirmó su compromiso con la sostenibilidad y anunció su nueva estrategia de sostenibilidad y negocio que será la guía para impulsar un crecimiento sostenible y responsable.
En materia de plásticas, Unilver ha caminado en la línea de un Mundo sin Residuos. “En Unilever transformamos nuestro enfoque de los envases de plástico, siendo la primera empresa de consumo masivo en comprometerse con la iniciativa “Menos plásticos, mejores plásticos, no plásticos”, explicó Marina Rodríguez, Gerente de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de Unilever.
Esta compañía en el año 2019, decidió asumir diferentes compromisos con miras al año 2025, con el fin de reducir los desechos plásticos y ayudar a crear una economía circular. Así como reducir a la mitad su uso de plásticos vírgenes, reduciendo su uso absoluto de envases de plástico en más de 100.000 toneladas y acelerando el uso de plástico reciclado, además de ayudar a recoger y procesar más envases de plástico de los que vende.
Unilever presenta dos ejemplos claros de acciones que se pueden tomar para ir marcando diferencia. Una de ellas con el caso Rinso Natural, donde realizaron un relanzamiento en Centroamérica, con un empaque hecho de plástico reciclado y reciclable, que incorpora un 30% de PCR (PCR- Post Consumer Recycled por sus siglas en inglés) en la estructura del material de empaque y además contiene ingredientes biodegradables libre de fosfatos.
El proceso para la fabricación del empaque de Rinso Natural, tiene como base la clasificación de material plástico desechado categorizándolo de acuerdo con los tipos de materiales para un óptimo co-procesamiento a través de un tratamiento minucioso que conlleva los siguientes pasos:
“Este empaque nos ha permitido tener una reducción de 23.7 toneladas de plástico virgen por año”, destacó Rodríguez.
Otra muestra del compromiso es lo hecho con Xedex, donde se trabaja para convertirla en una palanca de cambio hacia una sociedad más sostenible y ser pioneros en la categoría de detergente líquidos con la ECO Botella, la cual está hecha 100 % de plástico reciclado y reciclable.
La marca desarrolló y rediseñó un nuevo producto reutilizable a través de la recuperación de aquellos envases que pone en el mercado, para darles una segunda y una tercera vida si es necesario. Con este cambio se logra reducir más de 33 toneladas de plástico virgen y más de 7 toneladas de emisiones de CO2.