La propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo sobre los envases y residuos de envases tiene como objetivo limitar el volumen de los empaques y los residuos de empaques en los países miembros, además de impulsar la reutilización y el reciclaje de los mismos.
Es por eso que, el tema para la industria de cajas de cartón y empaques de cualquier parte del mundo y que estén llegando al mercado europeo, es hoy una prioridad, ya no sólo como una opción ambiental, sino como una obligación gubernamental.
El nuevo Reglamento Europeo de envases y residuos de envases representa un punto de inflexión para la industria. Los objetivos ambiciosos de reciclaje y reutilización, junto con los requisitos de diseño más estrictos, obligan a las empresas a replantear sus procesos y buscar soluciones innovadoras.
El Real Decreto de Envases y Residuos de Envases y la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una economía circular, es clave para cinco aspectos.
El propósito de la norma es que para 2030 todos los envases en Europea sean reciclables, para ello se establece la obligación de cumplir determinados criterios de diseño.
En la práctica no se considerarán reciclables si obtienen un grado de rendimiento de reciclabilidad inferior al 70% según dichos criterios.
Además, a partir del 1 de enero de 2035, los requisitos volverán a ajustarse para garantizar que los envases reciclables sean también recogidos, separados y reciclados de forma suficiente y eficaz, facilitando su reciclado a escala.
Se mantienen los objetivos de reciclado previstos en la Directiva de Envases y Residuos de Envases del 65% para 2025 y 70% en 2030, incluidos los objetivos por material, pero se añaden nuevas metas de reducción de los residuos de envases generados per cápita: 5% para 2030, 10% para 2035 y 15% para 2040, respecto a los generados en 2018.
Siguiendo el marco legislativo europeo y aunque la obligatoriedad sigue siendo algo de sus países miembros, lo cierto es que otros países, incluyendo Latinoamérica, no se ven lejanas a estas obligaciones.
"La introducción de material reciclado es un requisito esencial para nuestra industria, el desafío en estos momentos reside en garantizar la calidad de ese material”, asegura Santiago Reyna, gerente general de CARVIMSA, una empresa que adelantándose a este desafío hoy puede asegurar que sus materias primas y cajas proceden 100% de material reciclable.
Con mucho trabajo de innovación y consolidadas cadenas de suministro, esta empresa peruana pone hoy en el mercado europeo empaques para frutas que cumplen con las características y contribuyen desde ya con la meta europea.
El mismo caso se da en Papelera Nacional en Ecuador, los que (no solo para exportación a mercados europeos), está a pocos meses de terminar un proyecto muy importante para mejorar la calidad de su papel 100% reciclado.
“Como nosotros venimos trabajando hace algún tiempo en tener una empresa sostenible, estas reglamentaciones, más que un reto, se convierten en incentivos para avanzar al ritmo de lo que los mercados exigen hoy, ser responsables social y ambientalmente. En vez de afectarnos, creemos será una ventaja competitiva”, comparto Gonzalo Velásquez, su gerente general.
Ambos líderes empresariales coinciden que para el caso de las empresas de la región, si bien la senda está marcada, es necesario profundizar en acciones concretas como:
A lo interno de las empresas, herramientas como la innovación en el diseño, el desarrollo de nuevas competencias, alianzas, educación y la certificación de los procesos son tareas claves para consolidar.
De acuerdo Velásquez, “las empresas debemos trabajar para que nuestros esfuerzos en esta materia sean constantes y crecientes. Obtener certificaciones que avalen el porcentaje de materia prima reciclada en nuestros envases, Promover el reciclaje en nuestro país, Brindar capacitación y apoyo a emprendedores en esta área y establecer acuerdos con instalaciones de tratamiento de residuos en países de la OCDE que cumplan con las normativas ambientales europeas, son algunos ideas que ya estamos implementando”, compartió.
Más allá del material y sus características, otro de los ejes del Reglamento Europeo es minimizar todo envasado innecesario, a su vez, se restringe el uso de ciertos formatos de envase, como los de un solo uso.
Otras medidas se encaminan a reducir el espacio vacío en el envase, diseñándolos de manera que su peso y volumen se reduzcan al mínimo necesario para asegurar su funcionalidad, buscando que no se comercialicen envases con paredes dobles, fondos falsos y capas innecesarias, a menos que el diseño esté sujeto a indicaciones geográficas de origen de la UE.
Así, los que suministren productos a un distribuidor o usuario final en envases agrupados, envases de transporte o envases de comercio electrónico, se asegurarán de que la relación de espacio vacío sea como máximo del 40%.
Para favorecer los envases compostables, se obliga a que productos como las bolsas de té o café, cápsulas monodosis de café o té destinadas a ser utilizadas y eliminadas junto con el producto, las etiquetas adhesivas adheridas a las frutas y verduras, y las bolsas de plástico muy ligeras sean compostables en condiciones industriales en dos años tras la entrada en vigor de la norma.
En general, se pretende que los países de la UE garanticen que el 90 % de los materiales contenidos en los envases (plástico, madera, metales ferrosos, aluminio, vidrio, papel y cartón) se recojan por separado para 2029.