Lo que experimentamos con relación a las tendencias del diseño del packaging no es algo ajeno a la realidad que vivimos. Los cambios sociales, la huella tan marcada que ha dejado la pandemia, las modas, todos son elementos que influyen en la modificación de los diseños y también en la experiencia del comprador, que cada vez más se inclina porque sus productos vengan acompañados de empaques con componentes sostenibles.
Teniendo en mente la economía circular, la incorporación de nuevos materiales que respondan a criterios de protección del planeta y la motivación que produce el efecto de impacto económico, son parte de las tendencias que mueven el diseño de los empaques hacia esta ruta.
“Hay un peso que la historia le ha dado al tema ambiental, desde los últimos 40 años se viene discutiendo mucho de cómo lograr consumos responsables con un enfoque hacia el desarrollo sostenible, sin embargo, aún existe una necesidad de seguir proyectando los empaques a ser más sencilla su cadena de valor y su retorno a la misma, para que realmente estén dentro de la economía circular”, explicó Fernando Mora, director de Cambio Climático y Ambiente de ALIARSE.
Mantener y atraer a nuevas generaciones significa un reto, de ahí que es importante hacer una lectura constante de las opiniones de los consumidores y de sus necesidades, especialmente hasta dónde podría un factor como una política ambiental responsable, modificar su deseo de compra.
“Definitivamente los empaques son parte del producto, al final cuando el consumidor llega a la vitrina lo que primero consume es el empaque, ya que el contenido no siempre se ve, es por esto que el empaque juega un papel importante en temas de que el consumidor lo adquiera. En términos de la marca verde o la sostenibilidad que pueda incluir a su cadena de valor, aún falta más trabajo y desarrollo”, agregó Mora.
De acuerdo con el estudio realizado por estudio la empresa Eco Market Research acerca de la Reputación de Marca, si bien la responsabilidad de mejorar problemáticas sociales recae principalmente en el individuo, existe la expectativa de una participación activa de las empresas en la generación de soluciones.
“La principal expectativa respecto a las empresas se refiere a la creación de productos que tengan un menor impacto en el medioambiente. La decisión de compra de un consumidor está cada vez más relacionada con la responsabilidad que asuman las empresas en estos temas”, explicó Virginia Marchena, gerente de investigación de Eco Market Research.
La evolución del empaque responde a diferentes criterios, los ambientales que hemos comentando antes y otros también que tienen que ver directamente con la experiencia, dado que el empaque pasó de ser un elemento contenedor a ser parte del alma de la compra.
“Hoy en día, el empaque está entendido como parte del producto mismo, no solo un contenedor, sino una forma de crearle identidad también al producto, y aumentar la experiencia de usuario. Otra razón de evolución es que hay formas de fabricación de empaques que pueden ser mucho más personalizadas, y se pueden hacer bajo demanda, por tanto, se puede crear empaques específicos para personas, regiones, o productos especiales”, destacó Tomás de Camino, director de Escuela de Sistemas Inteligentes de la Universidad Cenfotec.
Las diferentes emociones que provocan los empaques responden a motivaciones distintas de los usuarios que son cada vez más tomadas en cuenta a la hora de adentrarse en una compra que puede ser física o en línea.
“El empaque es el primer encuentro de un usuario con el nuevo producto. Cuando un usuario compra un producto nuevo, lo nuevo lo emociona, y por tanto el empaque y la forma en que se desenvuelve el producto representa parte de esa experiencia. Al mismo tiempo, la existencia de influencers en YouTube que evalúan diferentes productos, el “unboxing” se ha transformado en parte de la experiencia. Los YouTubers comunican, lo que fuerza a las empresas que desarrollan productos, a incluir el “unboxing” con un empaque adecuado, como parte del valor del producto”, agregó de Camino.
Con la pandemia y el incremento de las compras en línea, muchos tuvieron que cambiar no solo su forma de vender sino también de entregar al consumidor final, que, al tener su primer contacto con la mercadería, aprecia también la forma en que llega empacado hasta sus manos.
“El empaque representa un encuentro sin intermediario con el producto, es decir, el usuario compra un producto en línea que no conoce físicamente, y cuando lo recibe la emoción es aún mayor, pues sería su primer contacto con el producto, y por eso el empaque forma parte de la experiencia. Las compras en línea después de la pandemia, se han transformado en una forma ya normal de comprar, y por tanto, los productores deben invertir en diseñar empaques que amplíen la experiencia de usuario”, concluyó el especialista.