“Para el año 2030 el diseño de packaging será una actividad de creación de experiencias interactivas que van a informar, facilitar, sorprender y hasta entretener a los consumidores”.
Al menos así lo imagina Guillermo Dufranc, diseñador gráfico y especialista en diseño de empaques con criterios sostenibles quien, junto a esta idea - expuesta en uno de sus artículos compilados en LinkedIn- , aclara no tener una bola de cristal que adivine el futuro, pero si saber cómo le gustaría que fueran los empaques de los años venideros.
Él, como muchos consumidores hoy, con requerimientos y expectativas muy claras; proyecta cambios significativos en los materiales, el diseño, el uso y el reúso de los empaques.
Los cambios en cuanto a materiales, hoy empiezan a ser visibles.
Dufranc identifica, por ejemplo, el caso de la botella que recientemente lanzó Johnny Walker, producida de pulpa de papel en reemplazo de la botella tradicional de vidrio, y la ubica como un indicio del cambio de la percepción del lujo influida por la creciente conciencia ambiental de los consumidores.
“Más allá de la discusión si es mejor o peor para el medio ambiente, ya que el vidrio también es reciclable como el papel, este es un cambio de paradigma de las marcas premium”.
“Existirán tres tipos de envases: los envases reutilizables, los biodegradables y los resistentes, que se podrán reutilizar recargándolos por los propios consumidores o devolviéndolos en puntos específicos para que lo haga el fabricante”, visualiza.
Los envases recuperables van a presentar una clara clasificación sobre la manera correcta de descartarlos en función de las posibilidades de reciclaje locales.
Este es un ejemplo de uno de los sistemas de información que ya existe: How2recyle
Para esto; será necesario trabajar en los diseños e impresión de los empaques, con mayor interés y detalle, un área destinada con indicaciones que se podrán ver a simple vista, mediante dispositivos como el móvil, pulseras digitales o anteojos inteligentes.
De esta manera todos los usuarios sabrán qué deben hacer con sus envases luego de su uso, sino es que pueden reutilizarse por alguna cuestión.
Por su parte, los envases compostables van a poder ser gestionados en hogares o centros de compostaje para crear tierra fértil, es decir, que el residuo que hoy conocemos será alimento para dar vida a nuevos organismos vegetales, como los que promueven en el proyecto COMPOSTAME.
Los empaques durables, serán la pieza clave para una nueva experiencia de los usuarios, la de gestionar su propio producto, recargándolo y, por qué no, haciendo del proceso de compra una experiencia más personal.
De esta manera, Dufranc visualiza que los empaques durables harán de la visita a las tiendas físicas toda una experiencia para los consumidores, que las marcas van a promover diseñando estaciones de recarga y dispositivos para asegurar la higiene de los productos.
Otro cambio de paradigma será vender envases vacíos para ser recargados, como ya lo hace la marca de concentrados de limpieza Branch Basics, donde el usuario es quien hace la dilución con agua en su casa.
“También compraremos productos sin envase, ya sean por ser sólidos o por tener recubrimientos naturales comestibles o biodegradables. Para estos casos, el diseño estructural del producto será la clave para personalizarlos y construir valor simbólico de marca mediante el diseño de la forma, textura, color y hasta el olor”, añade.
En el comercio electrónico reinarán los materiales al desnudo, con mínimas intervenciones gráficas y menor cantidad de recursos para optimizar su uso. Este será uno de los grandes motores de la economía circular, donde el envase que uno recibe será devuelto en la próxima compra.
Esto ya se puede ver en el ecosistema de productos que forman parte de Loop, un sistema de comercialización de productos contenidos en envases durables que se devuelven cuando se realiza una nueva compra.
“El desafío que tienen las marcas en ese contexto es establecer vínculos emocionales con los consumidores mediante el diseño de envases para que no sean solamente un conjunto de contenedores genéricos”, asegura el especialista.
En este sentido, muchas marcas avanzarán hacia métodos de suscripción, como el dispensador de agua Evian que, además de suministrar el agua que contiene en una burbuja de 5 litros, sirve para hacer un seguimiento de la hidratación personal y con solo apretar un botón hacer el pedido de reposición.
El efecto “woo” de los empaques asociado al momento unboxing, también sufrirá transformación.
“Las marcas competirán cada vez más por para generar las mejores impresiones con los usuarios mediante mensajes personalizados”, dice Dufranc
Y en ello, tecnologías de realidad aumentada y RDIF, o una evolución de ambas, van a ser clave para transmitir mensajes relevantes a los consumidores, así como llevar información o instrucciones.
El diseño de packaging virtual, percibido a través de un dispositivo, podrá además mostrar recetas, ingredientes, como se hizo el producto, exhibir reseñas de otros usuarios, recomendaciones de amigos y hasta entretenernos con contenidos multimedia.
En resumen, en el futuro, vamos a ver como la minimización de materiales, el reúso de los envases durables, la buena separación de los reciclables y el mínimo uso de los descartables, con el uso de tecnología y una mayor conciencia sostenibles permitirá construir puentes entre las marcas, las personas y la manera de hacer las compras.