Fresh Del Monte: ingeniería, eficiencia y circularidad en el corazón del empaque
La empresa redefine el uso del cartón corrugado en alimentos frescos, combinando sostenibilidad medible, automatización y responsabilidad social
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En la industria alimentaria, el empaque no solo debe proteger: debe comunicar valor, sostener procesos logísticos eficientes y responder a las demandas ambientales de los mercados globales. Bajo esta premisa, Fresh Del Monte ha logrado una transformación sostenida en su sistema de embalaje, optimizando el cartón corrugado como aliado estratégico para sus operaciones de exportación.
“Todos los años revisamos oportunidades de mejora en tamaño y resistencia de las cajas. Buscamos que el empaque se ajuste mejor al tipo de fruta y aproveche al máximo el tamaño del papel”, comenta Michael Calderón Director Legal Regional de Fresh Del Monte Costa Rica. Gracias a esta ingeniería aplicada, una caja de banano requiere hoy un 19% menos de material que hace 23 años, y en el caso de la piña, la reducción alcanza el 28%.
Automatización con propósito
La empresa ha incorporado tecnologías de automatización en sus procesos productivos y logísticos, pero lo ha hecho con criterio. “No automatizamos por moda: lo hacemos cuando se requiere para ser más eficientes a nivel productivo, sostenible y administrativo.” Esta evolución incluye mejoras en áreas clave como corrugado, impresión, reciclaje y despacho, con una visión integral que prioriza el balance entre modernidad, rentabilidad y flexibilidad operativa.
Una sostenibilidad que se calcula
Desde 2007, Fresh Del Monte ha implementado políticas sostenibles con metas claras. Según su propio registro de indicadores, por tonelada procesada han logrado reducir el consumo de agua en un 51%, electricidad en un 21%, búnker en un 55% y gas en un 14%. Estos resultados se deben en gran parte a la optimización del empaque y al rediseño de procesos energéticos.
“La investigación y desarrollo en empaque no solo ha hecho nuestras cajas más ligeras, también más sostenibles. En 2024 obtuvimos la certificación ISO 50001 y en 2026 daremos el salto a energía fotovoltaica”, aseguran desde la empresa.
El modelo de circularidad también se extiende a la logística: contenedores vacíos que regresan desde EE. UU. son reutilizados para transportar papel, repuestos y otros insumos, mientras que los camiones que llevan fruta aprovechan su retorno para movilizar materiales de empaque.
Más que empleo: vínculo comunitario
El compromiso de Fresh Del Monte se extiende más allá de la planta. “No solo generamos trabajo: queremos aportar al crecimiento de la comunidad.” El proyecto genera empleo directo para más de 200 familias e impulsa programas de impacto social, educación técnica y deporte juvenil, incluyendo una escuela de fútbol infantil y colaboraciones con organizaciones como Aldeas SOS y World Vision.
También se entregan materiales a instituciones educativas y culturales, promoviendo la educación ambiental y el desarrollo integral de las nuevas generaciones. “Creemos firmemente que cuando las comunidades crecen, todos crecemos”, enfatizan.
Empaque, exportación y tendencia
El caso de Fresh Del Monte confirma un patrón que se repite en toda la región: el crecimiento del cartón corrugado está estrechamente ligado al dinamismo del sector alimentario y exportador. La tendencia global es clara: los mercados exigen empaques más livianos, funcionales y sostenibles.
“Se trata de aprovechar al máximo cada recurso sin sacrificar la resistencia ni la trazabilidad”, explican. El cartón corrugado, por su adaptabilidad, reciclabilidad y eficiencia logística, sigue posicionándose como el material ideal para responder a esas exigencias.
Este no es solo un caso de reducción de insumos. Es un modelo de cómo el diseño estructural, la automatización selectiva y la sostenibilidad consciente pueden convivir en armonía, generando beneficios tangibles para el negocio, el entorno y la sociedad.
Con operaciones globales y más de 16.000 colaboradores en Costa Rica, Fresh Del Monte es uno de los principales productores y comercializadores de frutas frescas del mundo. Exporta más de 70 millones de unidades de fruta al año a destinos tan diversos como Estados Unidos, Bélgica, Japón o Emiratos Árabes, y se convirtió en el primer exportador de piña del país.
Asociada a ACCCSA desde 2008, la compañía refleja un compromiso técnico y ambiental que va más allá del producto: desde el diseño eficiente de cajas hasta la circularidad del transporte y el reciclaje. De hecho, junto a otros aliados, fundaron Recyplast, iniciativa que ha reciclado más de 30.000 toneladas de residuos plásticos agrícolas desde 2010.
Su experiencia demuestra que, cuando cada caja responde a criterios técnicos, ambientales y sociales, el cartón corrugado deja de ser solo empaque y se convierte en una herramienta clave para conectar eficiencia, sostenibilidad y valor comunitario.
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