En el corazón del altiplano norte de Santa Catarina, Brasil, la planta de papel kraftliner de Três Barras no solo produce uno de los insumos más esenciales para el empaque corrugado, también construye comunidad. Con 50 años de trayectoria, anunciados en diciembre por la propia empresa, esta operación de Smurfit Westrock se ha consolidado como la mayor productora de kraftliner de América Latina y un caso ejemplar de sostenibilidad industrial.
Los números hablan por sí solos: más de 345 millones de dólares invertidos en los últimos cinco años han permitido robustecer tanto la capacidad productiva como las credenciales ambientales del sitio. Uno de sus mayores activos es una caldera alimentada por biomasa, que le otorga a la planta un alto nivel de autosuficiencia energética.
-1.png?width=1624&height=1120&name=Smurfit%20Westrock%20(1)-1.png)
El compromiso trasciende lo técnico. Desde 2022, Três Barras impulsa el programa DesEnvolve, una iniciativa de inclusión que capacita en habilidades técnicas a personas en situación de vulnerabilidad social. Su impacto ha sido tal que hoy se replica en distintas operaciones de la empresa en Brasil, como parte de una estrategia ESG que también abarca salud, educación y bienestar.
Actualmente, el papel HyPerform que allí se produce abastece a clientes en seis países de América Latina y África. Pero, más allá del alcance geográfico, lo que distingue a esta planta es su capacidad para alinear excelencia productiva con responsabilidad social.
«Queremos que la comunidad de Três Barras sepa que es parte de una historia más grande, construida con papel y con la participación de cada persona», expresó Manuel Alcalá, CEO de Smurfit Westrock Brasil. Esa historia, que comenzó hace medio siglo, se proyecta con entusiasmo hacia los próximos 50 años.
